La rata de agua es uno de los roedores más conocidos en España. A pesar de su nombre común, que la asimila a las ratas y ratones, se trata en realidad de un topillo acuático. Aunque carece de membranas y otros atributos acuáticos la rata de agua es capaz de nadar y bucear con soltura. Hasta hace relativamente poco tiempo se desconocía el estado de sus poblaciones en toda su área de distribución, aunque algunos estudios ya apuntaban a la regresión de sus poblaciones. Este desconocimiento y declive motivó el diseño y realización del I sondeo nacional de rata de agua en el que se muestrearon 1.000 cuadrículas UTM 10x10km con el objetivo de evaluar su estado de conservación. En aquel momento, el total de puntos muestreados fue de 2.914, de los que 1.016 (34,9 %) resultaron positivos. La rata de agua era más frecuente en ambas mesetas y los sistemas montañosos Bético e Ibérico mientras que parecía ser escasa en las zonas secas del Valle del Ebro y los sistemas montañosos: Pirineos, Sistema Central, Cordillera Cantábrica y Sierra Morena y en las zonas cercanas a la costa (a excepción de los grandes humedales).